La muralla de Pyrule-Ta se
recortaba contra el horizonte. Por fin habían llegado.
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Mire señor, allí a lo lejos
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Sí, que pajarito que hay en las ramas y que rico
tiene que estar asado
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No señor, digo que allí está la ciudad
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Ah, también – dijo Berktaroth sin quitarle el
ojo al pájaro.
Se aproximaron por el camino
hacia la puerta de la muralla.
-
Que raro – Dijo Zachemius – Es de día y la
puerta está cerrada
-
¡AH! ¡AH! ¡AH! – Dijo Berktaroth golpeándose con
una mano la cabeza – ¡ODIO LAS PUERTAS CERRADAS!
-
Allí arriba hay alguien. ¡Eh! ¡Ah del castillo!
(No se sabe muy bien la razón de la existencia de tal exclamación pero en las
pelis medievales queda muy bien así que la pondré)
-
¿Qué queréis? – Imprecó un soldado con cara de
pocos amigos (¿Existe la cara de muchos amigos?) desde las almenas
-
¿Qué vamos a querer, patatas? – Inquirió
Zachemius burlón (Yo, si – Musitó Berktaroth por lo bajini) – Queremos entrar
-
Ni hablar, tenéis pinta sospechosa. Ya nos lo
avisó un ángel que se le apareció a nuestra princesa en sueños: Guardaos de un
poderoso nigromante y su acompañante, un señor del caos pues quieren la fuerza
que nuestra princesa guarda.
-
¿Eso dijo de mi, poderoso nigromante? Vaya –
Dijo Zachemius sonrojado y rascándose la cabeza
-
¿Así que lo reconocéis? ¡A mí la guardia!
¡Detenedlos!
-
¡Berktaroth nos van a atacar! ¡Haz algo
jopelines!
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¿Jopelines? ¿Desde cuándo el señor poderoso
nigromante dice jopelines? O mejor aún, ¿Desde cuándo eres poderoso? – Dijo
Berktaroth enfurruñado
-
¡Yo no tengo la culpa de lo que les dijera a estos
catetos el ángel ese!
El puente levadizo bajo, cayendo
sobre el foso con un ruido sordo. La verja metálica empezó a levantarse con un
traqueteo metálico y muchos soldados armados hasta los dientes empezaron a
salir de ella.
-
¡Venga Berktaroth, si nos detienen todo habrá
acabado y tanto andar habrá sido en vano!
-
¿Me vas a decir – imprecó Berktaroth – que
después de todo lo que hemos tenido que andar no va a servir de nada? ¡Ni
hablar! ¡Ponte a cubierto!
El dios del caos se irguió en
toda su altura. Los soldados retrocedieron intimidados. Zachemius corrió a
esconderse detrás de un árbol.
-
¡Entrégate sin oponer resistencia! – Chilló el
que iba delante con voz aguda
-
¡Ni hablar! Aunque veo que la lucha va a ser muy
sosa... y muy desigual - Añadió con una sonrisa siniestra - ¡Música!
Alzó una mano con el puño cerrado
hacia el cielo. Se produjo un relámpago cegador, seguido de un trueno
ensordecedor. A lo lejos se oyó el aullido de lobos. Berktaroth comenzó a
cantar mientras que la música sonaba de algún lugar indeterminado.
‘’¡Anything is what she is, anywhere is where
she's from, anything is what she'll be, anything as long as it's mine, and the
door, it opens, is the way back in or is it the way back out!’’ El dios
movió bruscamente una mano hacia el frente y una fuerza invisible barrió al
soldado de voz aguda.
-
¿A que esperáis papanatas? ¡Al ataque! – Chilló
este como un ratoncito
Los soldados se arrojaron sobre
Berktaroth. Este siguió
cantando muy emocionado ‘’ Anyplace is where she'll be, anyplace, she'll see
you from, lies and secrets become your world’’ (Relámpago hacia los soldados
que hizo que se desintegraran) ‘’Any time, anywhere, she takes me away, and
death climbs up the steps one by one, to give you the rose, that's been burnt
by her son’’ (Gesto ascendente que provocó que brotaran espinos del suelo y
atraparan a los guerreros) ‘’¡ Point me to the sky above, I can get there on my
own, walk me to the graveyard, dig up her bones!’’
Los guardias retrocedieron
aterrados. Berktaroth les dirigió una sonrisa inquietante.
-
¿Esto es todo? Que gallinas
Los soldados de Pyrule-Ta tienen
fama de no achantarse por nada en el mundo, aunque nadie supiese bien como la
habían ganado. Sin embargo, tenía como suele decirse una reputación que
mantener. Fue esto lo único que los arrojó a intentar capturar a Berktaroth. Este voceó ‘’¡ I have seen the
demon's face, I have heard of her death place, I fall down on my knees in
praise of the, horrible things that took her away, and death climbs up the
steps one by one, to give you the rose, that's been burnt by her son!’’ Abrió ambas manos
y lanzó un inmenso tornado sobre los soldados. Cuando estaban volando por los
aires, una enorme piraña apareció dentro del tornado y les fue mordiendo
alternativamente en el culo.
Unos pocos soldados que se habían
librado se miraron entre sí con indecisión. Estaban poniéndose de acuerdo
mentalmente para salir despavoridos pero ninguno se decidía por ser el primero.
En ese breve intervalo,
Berktaroth se volvió hacia ellos, proclamó ‘’¡Point me to the sky above, I can
get there on my own, walk me to the graveyard, dig up her bones! ¡POINT ME TO
THE SKY ABOVE, I CAN GET THERE ON MY OWN WALK ME TO THE GRAVEYARD, DIG UP HER
BONES!’’ Y con un enorme fragor se abrió una gran grieta en el suelo que
se los tragó.
-
Buah que caña – Dijo Berktaroth – En fin, que ya
podemos pasar. No creo que nadie tenga ganas de impedírnoslo.
-
¡Yo sí! – Dijo una voz chillona
Berktaroth y Zachemius miraron
hacia lo alto. En lo alto de la puerta se encontraba el capitán de voz
chillona, con un puño desafiante alzado hacia ellos.
-
¡¡¡¡ No puedes pasar!!!! Soy siervo del Fuego
Secreto, administrador del talismán de Pyrule!!! ¡¡¡¡Tu fuego oscuro es en vano
llama de Udûn!!!! ¡Regresa a la Sombra! ¡¡¡No puedes pasar!!
-
¿Qué me ha llamado, llama de qué? – Preguntó
desconcertado Berktaroth – Bah, no importa
Con un gesto displicente abrió
una grieta debajo del soldado y este se precipitó al vacío, a la laguna de lava
de las entrañas de la tierra. La grieta se cerró.
-
Bueno, solucionado. Entremos.
Berktaroth y Zachemius se
adentraron en Pyrule. Las calles estaban vacías. Ninguno de ellos se dio cuenta
de la sombra que los siguió sigilosamente ocultándose. El castillo se elevaba a
lo lejos, en la zona más alta de la ciudad. Zachemius lo observó achinando los
ojos.
-
No creo que podamos entrar fácilmente, mi señor
-
¿Y eso? – Preguntó Berktaroth
-
Tiene un escudo octarino reflejante. Todo lo que
se arroje contra él, volverá al lanzador con doble potencia.
-
Pues debemos encontrar una forma de entrar, no
hemos andado tanto para rendirnos ahora.
-
Yo puedo ayudarles caballeros – Dijo una voz
La sombra salió de la esquina
donde se ocultaba. Una capucha ocultaba sus facciones.
-
¿Quién eres? – Preguntó Zachemius receloso
-
Se encuentran ante – Dijo teatralmente el
desconocido – el famoso, reconocido, asombroso, genial, fabuloso, molante…
-
Abrevia – Dijo Berktaroth bostezando
-
¡Jefe del gremio de asesinos de Pyrule! – Dijo
el hombre echándose trágicamente la capucha hacia atrás.
-
Pues no me suena – Dijo Zachemius observándole
fijamente
-
Tienes el pelo bastante largo. ¿Usas
acondicionador verdad? – Preguntó Berktaroth
-
Si. ¿Cómo lo ha sabido? – El asesino estaba
perplejo - Bah, da igual. Síganme caballeros. Yo les ayudaré a colarse en el
palacio para que consigan el talismán.
-
¡Go! – Exclamó entusiasmado Berktaroth
-
Emmm mi señor, ¿Cree que deberíamos de fiarnos
de él?
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Eh, le he oído. Que aunque sea un asesino tengo
sentimientos ¿Sabe usted caballerete? – dijo el asesino muy indignado.
-
Venga – Dijo Berktaroth con una sonrisa estúpida
– No sé si nos ayudará o no, pero me divierte.
Zachemius y Berktaroth siguieron
al hombre por un intricado laberinto de callejuelas.
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Por cierto – Dijo Zachemius – No nos has dicho
cómo te llamas
-
Muy cierto – dijo el asesino - ¿Se ha fijado
verdad? Le da más misterio a la cosa.
Zachemius suspiró apesadumbrado.
Esperaba que esto no fuese un ‘’Salir del caldero para caer en el río de lava
donde el caldero vagaba a la deriva’’ como vulgarmente se decía en su pueblo.
CONTINUARÁ
Y EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO...
¿CÓMO SABÍA EL JEFE DEL GREMIO DE
LOS ASESINOS QUE QUIEREN CONSEGUIR EL TALISMÁN DE LERDA? ¿SERÁ DE FIAR?
¿CONSEGUIRÁN COLARSE EN EL CASTILLO? ¿CÓMO SABÍA BERKTAROTH QUE EL ASESINO USA
ACONDICIONADOR? ¿LO USARÁ BERKTAROTH TAMBIÉN?
NO SE PIERDAN EL SIGUIENTE
CAPÍTULO DE: LA VENGANZA DE BERKTAROTH
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