martes, 10 de abril de 2012

Capítulo 4 Locura en Pyrule-Ta (I Parte)

La muralla de Pyrule-Ta se recortaba contra el horizonte. Por fin habían llegado.

-          Mire señor, allí a lo lejos
-          Sí, que pajarito que hay en las ramas y que rico tiene que estar asado
-          No señor, digo que allí está la ciudad
-          Ah, también – dijo Berktaroth sin quitarle el ojo al pájaro.

Se aproximaron por el camino hacia la puerta de la muralla.

-          Que raro – Dijo Zachemius – Es de día y la puerta está cerrada
-          ¡AH! ¡AH! ¡AH! – Dijo Berktaroth golpeándose con una mano la cabeza – ¡ODIO LAS PUERTAS CERRADAS!
-          Allí arriba hay alguien. ¡Eh! ¡Ah del castillo! (No se sabe muy bien la razón de la existencia de tal exclamación pero en las pelis medievales queda muy bien así que la pondré)
-          ¿Qué queréis? – Imprecó un soldado con cara de pocos amigos (¿Existe la cara de muchos amigos?) desde las almenas
-          ¿Qué vamos a querer, patatas? – Inquirió Zachemius burlón (Yo, si – Musitó Berktaroth por lo bajini) – Queremos entrar
-          Ni hablar, tenéis pinta sospechosa. Ya nos lo avisó un ángel que se le apareció a nuestra princesa en sueños: Guardaos de un poderoso nigromante y su acompañante, un señor del caos pues quieren la fuerza que nuestra princesa guarda.
-          ¿Eso dijo de mi, poderoso nigromante? Vaya – Dijo Zachemius sonrojado y rascándose la cabeza
-          ¿Así que lo reconocéis? ¡A mí la guardia! ¡Detenedlos!
-          ¡Berktaroth nos van a atacar! ¡Haz algo jopelines!
-          ¿Jopelines? ¿Desde cuándo el señor poderoso nigromante dice jopelines? O mejor aún, ¿Desde cuándo eres poderoso? – Dijo Berktaroth enfurruñado
-          ¡Yo no tengo la culpa de lo que les dijera a estos catetos el ángel ese!

El puente levadizo bajo, cayendo sobre el foso con un ruido sordo. La verja metálica empezó a levantarse con un traqueteo metálico y muchos soldados armados hasta los dientes empezaron a salir de ella.

-          ¡Venga Berktaroth, si nos detienen todo habrá acabado y tanto andar habrá sido en vano!
-          ¿Me vas a decir – imprecó Berktaroth – que después de todo lo que hemos tenido que andar no va a servir de nada? ¡Ni hablar! ¡Ponte a cubierto!

El dios del caos se irguió en toda su altura. Los soldados retrocedieron intimidados. Zachemius corrió a esconderse detrás de un árbol.

-          ¡Entrégate sin oponer resistencia! – Chilló el que iba delante con voz aguda
-          ¡Ni hablar! Aunque veo que la lucha va a ser muy sosa... y muy desigual - Añadió con una sonrisa siniestra - ¡Música!

Alzó una mano con el puño cerrado hacia el cielo. Se produjo un relámpago cegador, seguido de un trueno ensordecedor. A lo lejos se oyó el aullido de lobos. Berktaroth comenzó a cantar mientras que la música sonaba de algún lugar indeterminado.

‘’¡Anything is what she is, anywhere is where she's from, anything is what she'll be, anything as long as it's mine, and the door, it opens, is the way back in or is it the way back out!’’ El dios movió bruscamente una mano hacia el frente y una fuerza invisible barrió al soldado de voz aguda.

-          ¿A que esperáis papanatas? ¡Al ataque! – Chilló este como un ratoncito

Los soldados se arrojaron sobre Berktaroth. Este siguió cantando muy emocionado ‘’ Anyplace is where she'll be, anyplace, she'll see you from, lies and secrets become your world’’ (Relámpago hacia los soldados que hizo que se desintegraran) ‘’Any time, anywhere, she takes me away, and death climbs up the steps one by one, to give you the rose, that's been burnt by her son’’ (Gesto ascendente que provocó que brotaran espinos del suelo y atraparan a los guerreros) ‘’¡ Point me to the sky above, I can get there on my own, walk me to the graveyard, dig up her bones!’’

Los guardias retrocedieron aterrados. Berktaroth les dirigió una sonrisa inquietante.

-          ¿Esto es todo? Que gallinas

Los soldados de Pyrule-Ta tienen fama de no achantarse por nada en el mundo, aunque nadie supiese bien como la habían ganado. Sin embargo, tenía como suele decirse una reputación que mantener. Fue esto lo único que los arrojó a intentar capturar a Berktaroth. Este voceó ‘’¡ I have seen the demon's face, I have heard of her death place, I fall down on my knees in praise of the, horrible things that took her away, and death climbs up the steps one by one, to give you the rose, that's been burnt by her son!’’ Abrió ambas manos y lanzó un inmenso tornado sobre los soldados. Cuando estaban volando por los aires, una enorme piraña apareció dentro del tornado y les fue mordiendo alternativamente en el culo.

Unos pocos soldados que se habían librado se miraron entre sí con indecisión. Estaban poniéndose de acuerdo mentalmente para salir despavoridos pero ninguno se decidía por ser el primero. En ese breve intervalo, Berktaroth se volvió hacia ellos, proclamó ‘’¡Point me to the sky above, I can get there on my own, walk me to the graveyard, dig up her bones! ¡POINT ME TO THE SKY ABOVE, I CAN GET THERE ON MY OWN WALK ME TO THE GRAVEYARD, DIG UP HER BONES!’’ Y con un enorme fragor se abrió una gran grieta en el suelo que se los tragó.

-          Buah que caña – Dijo Berktaroth – En fin, que ya podemos pasar. No creo que nadie tenga ganas de impedírnoslo.
-          ¡Yo sí! – Dijo una voz chillona
Berktaroth y Zachemius miraron hacia lo alto. En lo alto de la puerta se encontraba el capitán de voz chillona, con un puño desafiante alzado hacia ellos.
-          ¡¡¡¡ No puedes pasar!!!! Soy siervo del Fuego Secreto, administrador del talismán de Pyrule!!! ¡¡¡¡Tu fuego oscuro es en vano llama de Udûn!!!! ¡Regresa a la Sombra! ¡¡¡No puedes pasar!!
-          ¿Qué me ha llamado, llama de qué? – Preguntó desconcertado Berktaroth – Bah, no importa

Con un gesto displicente abrió una grieta debajo del soldado y este se precipitó al vacío, a la laguna de lava de las entrañas de la tierra. La grieta se cerró.

-          Bueno, solucionado. Entremos.

Berktaroth y Zachemius se adentraron en Pyrule. Las calles estaban vacías. Ninguno de ellos se dio cuenta de la sombra que los siguió sigilosamente ocultándose. El castillo se elevaba a lo lejos, en la zona más alta de la ciudad. Zachemius lo observó achinando los ojos.

-          No creo que podamos entrar fácilmente, mi señor
-          ¿Y eso? – Preguntó Berktaroth
-          Tiene un escudo octarino reflejante. Todo lo que se arroje contra él, volverá al lanzador con doble potencia.
-          Pues debemos encontrar una forma de entrar, no hemos andado tanto para rendirnos ahora.
-          Yo puedo ayudarles caballeros – Dijo una voz

La sombra salió de la esquina donde se ocultaba. Una capucha ocultaba sus facciones.

-          ¿Quién eres? – Preguntó Zachemius receloso
-          Se encuentran ante – Dijo teatralmente el desconocido – el famoso, reconocido, asombroso, genial, fabuloso, molante…
-          Abrevia – Dijo Berktaroth bostezando
-          ¡Jefe del gremio de asesinos de Pyrule! – Dijo el hombre echándose trágicamente la capucha hacia atrás.
-          Pues no me suena – Dijo Zachemius observándole fijamente
-          Tienes el pelo bastante largo. ¿Usas acondicionador verdad? – Preguntó Berktaroth
-          Si. ¿Cómo lo ha sabido? – El asesino estaba perplejo - Bah, da igual. Síganme caballeros. Yo les ayudaré a colarse en el palacio para que consigan el talismán.
-          ¡Go! – Exclamó entusiasmado Berktaroth
-          Emmm mi señor, ¿Cree que deberíamos de fiarnos de él?
-          Eh, le he oído. Que aunque sea un asesino tengo sentimientos ¿Sabe usted caballerete? – dijo el asesino muy indignado.
-          Venga – Dijo Berktaroth con una sonrisa estúpida – No sé si nos ayudará o no, pero me divierte.

Zachemius y Berktaroth siguieron al hombre por un intricado laberinto de callejuelas.

-          Por cierto – Dijo Zachemius – No nos has dicho cómo te llamas
-          Muy cierto – dijo el asesino - ¿Se ha fijado verdad? Le da más misterio a la cosa.

Zachemius suspiró apesadumbrado. Esperaba que esto no fuese un ‘’Salir del caldero para caer en el río de lava donde el caldero vagaba a la deriva’’ como vulgarmente se decía en su pueblo.

CONTINUARÁ

Y EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO...

¿CÓMO SABÍA EL JEFE DEL GREMIO DE LOS ASESINOS QUE QUIEREN CONSEGUIR EL TALISMÁN DE LERDA? ¿SERÁ DE FIAR? ¿CONSEGUIRÁN COLARSE EN EL CASTILLO? ¿CÓMO SABÍA BERKTAROTH QUE EL ASESINO USA ACONDICIONADOR? ¿LO USARÁ BERKTAROTH TAMBIÉN?

NO SE PIERDAN EL SIGUIENTE CAPÍTULO DE: LA VENGANZA DE BERKTAROTH



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